Síntomas de la hiperventilación
La hiperventilación provoca sensaciones desagradables. Lo saben quienes han sufrido un ataque de pánico o una crisis de ansiedad. Respiramos por encima de nuestras necesidades y se produce un cambio que desencadena un proceso del que hay que salir con calma. Dichos síntomas son los que cito a continuación.
Síntomas
– Visión borrosa
– Palpitaciones
– Mareos
– Rampas
– Hormigueos
– Sensación de ahogo
– Presión en el pecho
– Tensión muscular
– Debilidad en las piernas
– Sudores fríos
– Sensación de frío y calor al mismo tiempo
Pide hora con tu médico
Es bueno acudir a un médico para salir de dudas tras experimentar un episodio como tal. Lo más normal es que se deba a un problema relacionado con la ansiedad, pero no hay que descartar que pueda deberse a un tema físico que requiera un tratamiento específico.
Vencer a la hiperventilación es posible
Si el doctor no ha encontrado ningún problema más allá de tu mente, tendrás que poner de tu parte para superar todo lo que te provoca la hiperventilación en momentos puntuales. De hecho, en cuanto empieces a hiperventilar te tocará entrar en acción, ya que eres el único que puedes evitar el mal trago.
Lo ideal es respirar despacio, de modo regular. Aspira durante cuatro segundos y espira durante ocho. Hazlo por la nariz siempre que puedas. Lo que no hay que hacer en estos casos es coger aire deprisa, ya que de esta forma acelerarás el proceso negativo. Mantén la calma en todo momento teniendo claro que no sufrirás un ataque al corazón. De hecho, tampoco te vas a marear. Todo está en tu mente.
A la hora de respirar, frunce los labios y tapa ligeramente una de tus fosas nasales. ¿Para qué? Para que no entre tanto oxígeno en tus pulmones. Los niveles de CO2 se equilibrarán con los de O2 y te empezarás a encontrar bien.
El truco de la bolsa
En ese sentido hay personas que llevan siempre una bolsa encima. Se la colocan tapándose la boca y la nariz y en poco tiempo inspiran el CO2 necesario para lograr el equilibrio con el que salir de una situación angustiosa. No es el mejor recurso, pero en una situación de emergencia cualquier ayuda es bienvenida.
Por último, evita las situaciones que te pongan excesivamente nervioso siempre que puedas. Eso de que hay que afrontarlas para superar los miedos es falso. Una experiencia negativa reforzará el sentimiento de ansiedad que te provoca un lugar o una actividad en concreto. Lo bueno es ir acostumbrándose poco a poco, avanzando sin prisa para que una asociación negativa se convierta en positiva.